El Nuevo Estadio Chivas es una realidad, lo veíamos tan lejano que no pensábamos que tan pronto había que despedirnos para siempre del Jalisco, el estadio que vio títulos, goles, alegrías, tristezas; nuestra casa, en donde hubo de todo y que es el más fiel testigo del talento y la magia regada durante generaciones.
¿Cuántos goles habrán metido las Chivas ahí? ¿Cuántas veces humillamos al América? ¿Qué dicen tus abuelos y padres de este cambio? Será raro ver al Guadalajara en otro estadio, que seguramente adoptaremos como nuestro y lo haremos sentir cada vez que seamos locales, lo que no dudo es que el Jalisco nos extrañará, añorará llenos y volteretas inverosímiles, querrá tenernos de vuelta, exigirá tener un equipo competitivo e histórico, la cancha donde jugó Pelé, en la que el joven Ronaldinho metía sus primeros goles en aquella lejana Copa Confederaciones 1999.
El mismo terreno de juego que atestiguó el 5-0 de Chivas al amarillo equipo de la capital, aquel rectángulo verde que lloró y festejó junto a nosotros la final contra el Toros Neza, el césped que pisó “Chava” Reyes en pleno siglo 21. Muchas historias estarán sepultadas cuando Chivas deje de ser local ahí.
Pero algo en Jalisco olía mal, un olor a zorro exorcizaba en ocasiones a nuestra escuadra, el mejor equipo de México no puede compartir casa, el mandamás del balompié nacional no podía darse el lujo de ser uno de los tres equipos que albergaba el estadio, nuestra grandeza e historia exigía algo de nuestro nivel, un estadio que fuera la envidia nacional, la querencia de propios y extraños, y que fuera acompañante de más copas y satisfacciones para la legión chiva.
Te extrañaremos Jalisco, te guardaremos y llevaremos en nuestro corazón, nos sentiremos cómodos y seguros cuando hayamos de visitarte, pero Chivas tiene que ser único y por eso nos vamos para siempre, pero que no se olvide que fue CHIVAS el que hizo grande al “JALISCO”.
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